Como ya vimos en artículos anteriores, la procrastinación es el hábito o la costumbre que poseen algunas personas de aplazar determinadas actividades o tareas, haciendo en su lugar otras que, aunque sean menos importantes le resultan más agradables. En palabras más simples, procrastinar es dejar las cosas para el último momento, afectando negativamente al buen funcionamiento de la empresa. Sin embargo, dependiendo de la razón por la que procrastinan los trabajadores podemos diferenciar entre cinco tipos.
5 tipos de procrastinador en el trabajo
- El perfeccionista -
Se trata de personas que asumen que realizan cualquier tipo de tarea con el mayor nivel de éxito posible, no obstante, esos pensamientos de querer hacer todo perfecto aumentan sus temores a ser juzgados, por lo que aplazan la tarea, intentando mejorarla todo lo que puedan para que nadie detecte sus errores. Estos trabajadores dedican la mayor parte del tiempo a preparar la tarea o a revisar alguna parte para asegurarse de que está completa. De esta manera, al no sentirse capaces de hacer un proyecto perfecto, como ellos quieren, deciden no hacerlo o lo entregan en el último momento si no tienen más opción.
- El impostor -
Este tipo de procrastinador tiene un problema con su confianza en el momento de enfrentar una tarea. No se ven capaces de poder hacer su trabajo o piensan que no será suficiente para sus superiores, por lo que deciden huir de la tarea poniendo la excusa de que no podrán la podrán desarrollar con éxito. “Para hacerla mal, mejor no hacerla”.
- El desmotivado -
Es el más fácil de encontrar, puesto que la simple razón por la que procrastina es la desmotivación. En todo trabajo nos encontraremos con tareas más aburridas que otras, sin embargo, este tipo de procrastinador las irá posponiendo hasta que ya no pueda más, causando un aumento de su ansiedad.
- El estresado-
Estos trabajadores se sienten abrumados cuando tienen muchos proyectos o estrés. Cuando sienten que la carga de trabajo es demasiado grande para ellos, no saben por dónde empezar las tareas, lo que evoluciona en un bucle sin fin en el que cada vez tienen menos tiempo para hacer el mismo número de labores.
- El arriesgado-
Los procrastinadores arriesgados, al contrario que los impostores, tienen una gran confianza en su capacidad de hacer tareas con extrema presión. Esto causa que decidan dejar para el final sus tareas con el objetivo de aprovechar esa forma de trabajar bajo presión “mucho más eficiente para ellos”. Este tipo de procrastinación es una de las más peligrosas puesto que toman como una ventaja algo que no deberían hacer.
Aunque la mayoría de las personas en algún momento procrastina, desarrollar varios de los tipos que hemos visto anteriormente de manera reiterada puede causar un grave problema en la productividad de tu compañía. Algunas de las maneras para combatirlo es seguir estos 5 consejos para evitar la procrastinación en tu empresa o implementar una aplicación de control horario que ayude a tus trabajadores a planificarse.