Impulsado por la crisis del COVID-19, el teletrabajo se ha multiplicado en España de forma inesperada y el uso de dispositivos digitales necesarios ha ido en aumento. Todo ello ha supuesto que cada vez más empleados se vean afectados por el tecnoestrés.
De hecho, según un estudio elaborado por el Instituto de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral (ISBL) el 42% de los trabajadores considera que la tecnología le está generando consecuencias negativas y el 20% afirma que se siente agotado siempre o con frecuencia después de hacer uso de estas.
Acuñado durante los años 80, el término tecnoestrés está cogiendo más relevancia que nunca debido a la invasión tecnológica que ha sufrido el ámbito laboral en estos últimos meses. Aunque aún no está considerada como enfermedad profesional, resulta necesario tenerla en cuenta y establecer medidas para evitarla a causa de las consecuencias negativas que tiene en los empleados, tanto a nivel personal como laboral.
¿Qué es el tecnoestrés?
El tecnoestrés son efectos psicosociales negativos originados por la utilización de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Con el paso de los años este concepto ha ido evolucionando y ya no solo se refiere a la ansiedad que provoca la falta de habilidades para manejar y trabajar con las TIC, sino que también se incluyen los problemas relacionados con un uso excesivo.
Algunos de sus síntomas más habituales son dolores de cabeza, angustia, irritabilidad, trastornos del sueño, cansancio mental y fatiga visual, afectando de manera directa a la concentración y rendimiento laboral.
Cómo prevenir el tecnoestrés en el teletrabajo
Con el objetivo de ayudar a prevenir el tecnoestrés provocado por el teletrabajo, las empresas pueden establecer una serie de medidas o acciones.
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Establecer un horario para las comunicaciones laborales. Es necesario que el empleado cuente con un número de horas de desconexión digital y no esté siempre conectado. Para ello, la empresa deberá de establecer cuáles son los horarios de trabajo y los tiempos de descanso en los que los trabajadores no podrán contestar, así como determinar turnos de conexión con los equipos de trabajo.
- Aplica y estimula el time blocking. Relacionado con el punto anterior, una forma de conseguir la desconexión digital es destinando 3 o 4 horas de la jornada laboral a un proyecto en particular, bloqueando esas horas (time blocking) de cualquier reunión para no tener ninguna interrupción.
- Mantener la unión de equipo. Muchas veces con el teletrabajo las relaciones entre los trabajadores son escasas y el trabajo pasa a ser más individualizado. Esta desconexión social puede acabar afectando a la salud emocional de los empleados y acrecentar su sensación de soledad. Una solución a este problema sería programar actividades de ocio conjunto, totalmente voluntarias, que consigan mantener los lazos personales.
- Formar a los trabajadores en la utilización adecuada de las herramientas digitales. Una de las causas que provocan el tecnoestrés es la ansiedad que produce no saber desenvolverse con las herramientas digitales que se utilizan en el día a día, generando impotencia en el empleado y aumentando el número de horas que dedica a una tarea. La formación, ya sea mediante cursos o webinars, es una solución excelente para que se adquieran estas capacidades.
- Ofrecer a los trabajadores herramientas que les ayuden en la gestión del tiempo. Es necesario que los empleados dispongan de herramientas que les ayuden a calcular el tiempo del que disponen para llevar a cabo sus tareas y así gestionarlo de la manera más eficiente posible. Y la mejor forma de llevar una buena gestión del tiempo es utilizar un app de gestión horario como sería Profesto.io que te ayuda a controlar las horas diarias que realizas en el trabajo y a gestionar tareas.
Por tanto, la implementación de todas estas medidas no solo ayudarán a los trabajadores a evitar todas los síntomas derivados del tecnoestrés, sino que también supondrá una mejora en su productividad y rendimiento laboral.